Las últimas elecciones han suscitado un importante debate sobre el modelo electoral español. Izquierda Unida que sacó 2 diputados obtuvo 923.105 votos, mientras que el PNV con 301.585 votos obtuvo 6 diputados. Esas diferencias se dan no tanto por la fórmula de Hondt sino por la base provincial de la circunscripción electoral. De hecho la propuesta de IU pasa por transformar el sistema electoral español en uno de circunscripción única, algo que también reclama cierto sector de la derecha para acabar con los nacionalismos.
El sistema electoral decide más de lo que el común de los mortales podría pensar. En Italia, su complejo sistema que tiende a la máxima proporcionalidad entre los votos y los diputados, han padecido una inestabilidad permanente con 9 presidentes de gobierno en los últimos 20 años. En el mismo periodo, España sólo ha tenido 3 (Aznar, Zapatero y Rajoy). En Estados Unidos, el modelo presidencial y bipartidista más estable, también 3 (Clinton, Bush y Obama).
¿Qué ocurriria si en España existiera el mismo modelo electoral que el estadounidense?. En primer lugar, debe tenerse en cuenta que en EE.UU es el voto de sus ciudadanos quien elige el presidente (si bien es elección indirecta con un colegio electoral) en unas elecciones presidenciales, mientras que en España es el Congreso de los Diputados quien decide el Presidente del Gobierno (elección indirecta a través de los representantes elegidos) en unas elecciones parlamentarias.
La circunscripción en EE.UU es estatal (como nuestras CC.AA) y el primer partido de cada estado es el que se lleva todos los electores del colegio electoral. Estos fueron los resultados en las últimas elecciones de 2012 que enfrentaron a Mitt Romney (R) y Barack Obama (D):
Imaginémonos algo similar. Las 17 CCAA y las 2 Ciudades Autónomas con un mínimo cada una de 3 representantes en cada circunscripción y el resto, hasta los 538 electores que eligen directamente al presidente, en función de la población. Pues estos serían los resultados:
Mariano Rajoy obtendría 330 electores, Pablo Iglesias en segunda posición con 105 y Pedro Sánchez 103. Una victoria aplastante que directamente haría a Rajoy presidente del Gobierno. Sin embargo, aplicar los resultados del 20 de Diciembre directamente no es realista. Esto es así porque en el modelo estadounidense los terceros partidos no obtienen apenas representación y las posiciones discrepantes se integran en los dos grandes partidos a través del proceso de primarias. Por ello he contabilizado por un lado como votos de Rajoy también los obtenidos por Ciudadanos, y por otro, de Pedro Sánchez con los votos de Podemos, Izquierda Unida y nacionalismos moderados (con un factor corrector). Este sería el resultado:
Bajo estas hipótesis, la primera plaza sería para Pedro Sánchez con 357 electores y 181 para Mariano Rajoy. Esta predicción también contiene algunas fallas, una de ellas es pensar que los votantes de Podemos o de partidos nacionalistas votarían con el mismo celo a Pedro Sánchez. Difícil de ponderar la abstención ante tal situación he optado por incluir todos los votos. También otro sesgo importante sería dar por bueno que tanto Rajoy como Sánchez serían candidatos tras ganar las primarias de sus respectivos partidos.
¿Y cómo quedaría el Congreso de los Diputados si fuera elegido como el Senado o la Cámara de Representantes de Estados Unidos? Pues aquí no es tan difícil de imaginar. En España el senado se elige de forma similar, es una lista abierta en que se eligen 4 representantes en cada circunscripción frente a los 2 en EE.UU. Esto llevaría a la idea de que, con terceros partidos como Podemos o Ciudadanos, el PP obtendría cerca del 70-80% del Congreso de los Diputados. Sin terceros partidos, el PSOE ganaría por mayoría absoluta la cámara.
Presentados los resultados podríamos considerar que el modelo norteamericano (sin ánimo de menospreciar a los canadienses) es la única salvaguarda que le quedaría el bipartidismo. Y así es. El PSOE corre el riesgo en las próximas elecciones de que su implantación territorial no sea suficiente, viéndose superado por Podemos que se pasaría a situar como el segundo partido del régimen. Sin embargo, tras el 20 de Diciembre la suma de PSOE y PP no da siquiera para reformar la constitución en sus aspectos menos esenciales. Por tanto y dejando la pregunta en el aire, ¿se hubieran salvado los dos grandes de haber modificado la Constitución para lograr un sistema electoral que bloqueara a los emergentes?.